La Catedral de San Pedro de Jaca es universalmente conocida
como una de las primeras joyas de la arquitectura y escultura románicas. La
ausencia de documentación fíable ha motivado una larga polémica sobre la
cronología de las obras. En la actualidad hay cierto consenso en considerar que la
construcción de la estructuras principales abarcan desde 1077, fecha en la que
el rey Sancho Ramírez de Aragón refunda la vieja ciudad de Jaca, hasta 1130, en
un momento en el que el centro político del reino ya se había desplazado a
Huesca.
En este post nos vamos a centrar en un detalle de uno de los
capiteles que flanquean la portada del atrio occidental o Lonja mayor, en concreto el exterior por el lado izquierdo. En
varias publicaciones se ha supuesto que se trata de una escena de naturaleza simbólica
o religiosa. Nosotros reivindicamos hace unos años para esta pieza la categoría
de ser una representación de “escena de
construcción”, tema frecuente y conocido en el arte medieval (1).
Así, según esta lectura, la cara occidental, que mira hacia
el exterior, representaría al maestro de obras, identificable por su vara de
medir, departiendo con el aparejador.
En la cara meridional dos obreros
transportan a mano un sillar, mientras que hay otros dos personajes de más
difícil reconocimiento en la cara oriental, pegada al muro, uno de los cuales
está arrodillado en la esquina y el otro es completamente invisible para el
espectador.
(Fotografías tomadas durante los trabajos de restauración, 2009)
De forma general esta obra se atribuye a un escultor anónimo
de fuerte personalidad cuyo apodo para la historiografía va cambiando con el
tiempo (“Maestro de Jaca”, Maestro de Jaca-Frómista”, Maestro de la Orestiada”
… ), y que dejó su importante labor artística en varios edificios a lo largo
del camino de Santiago y –al menos- en los dos últimos decenios del siglo XI.
Aquí planteamos la hipótesis de que la vara que lleva el
maestro de obras en la mano sea la representación directa de un patrón
metrológico. No queremos decir que sea el propio patrón, porque en su ubicación
no es fácilmente verificable, sino que en el diseño de la pìeza su longitud no
se dejó al albur del escultor y representa una medida determinada.
La justificación es la siguiente:
La longitud máxima entre los lados cortos opuestos (2) es de
0,1625m.
Esta medida equivale a la mitad del conocido patrón francés
como pied de roi “ancien” con una
mengua de 0,005%. [0,326592 : 2 = 0,16329 m.] Es evidente que si la vara del
maestro de Jaca no es un “medio pie de rey” mide casi exactamente lo mismo que éste.
¿Qué conclusiones podemos de este dato?
El “pie de rey”, es una medida de amplio uso en Francia
antes del SI. Es, por lo tanto, plausible, que el medio pie (sesma, o sexta) de esta vara esté relacionado con
talleres del otro lado de los Pirineos, pero cabría la posibilidad de que un pie de esta longitud hubiera llegado desde la Antigüedad hasta este capitel por otras vías, puesto
que es una unidad que deriva en último término de las antiguas medidas griegas
y próximo-orientales.
Nuestras propias observaciones nos permiten afirmar que un
módulo de alrededor de 0,325 m. es una medida común en muchos edificios
románicos del entorno del Camino de Santiago. Pero estas mismas observaciones
también nos hacen constatar que es frecuente cierta multiplicidad metrológica
dentro de un mismo edificio e incluso de una misma época. Debe recordarse que los
intentos de sistematización no se producirán en los reinos ibéricos hasta bien
entrado el siglo XIII (reinados de Jaime I y de Alfonso X) Hasta entonces, los
más viejos edificios románicos dan la impresión de que se han construido con medidas
dispares según las tradiciones locales, la procedencia del taller o el maestro de
cada campaña.
Por poner un ejemplo dentro de la misma obra, las alturas de
la impostas de esta misma portada de Jaca tienen hasta 3 medidas diferentes, de
las que sólo una coincide con la sesma de la vara de este capitel.
Y sobre la portada hay un portillo que comunica con la
escalera interior que discurre intramuros. Se trata de una obra, por lo tanto, correspondiente
con un momento constructivo ligeramente posterior.
La Lonja Mayor antes de la intervención.
El vano mide aproximadamente 1,475 x 0, 890 m. lo que equivale a
unas dimensiones de 5 x 3 pies, pero de un módulo en torno a 0,296 m. Es decir,
se trata del conocido pie romano.
Notas
(1) Rodrigo de la
Torre, “Aspectos metrológicos en el románico”, en Románico, 8, Asociación de Amigos del Románico, 2009, p.62.
(2) Medido desde las atacaduras de la superficie, que es
donde se realizó el dibujo, pues la talla ligeramente biselada hace que el
objeto sea más largo según se profundiza el relieve.
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